No sé como estará ahora el tema, pero hace unos años en el colegio los exámenes consistían en memorizar. A mayor capacidad vomitiva mejor resultado obtenías en el examen. Dicho esto, algunos de los estudiantes pueden aburrirse.
La respuesta de estos estudiantes fue sacar menor nota de la que podían alcanzar, algunos con sietes, otros, más radicales, con suspensos.
Con las tecnologías actuales, se entreven algunas soluciones. Como clases interactivas en las cuales puedas subir y bajar el nivel de los exámenes, i.e., a partir de las respuestas se hacen más fácil o más difícil las siguientes preguntas .
Extrapolando podríamos ver exámenes cuánticos, en los cuales las preguntas y respuestas cambiaran según el punto de vista del observador, para así maximizar, de alguna forma, las capacidades del estudiante.
Mi punto de vista es hacer exámenes con ruido blanco, como tirar flechas sin apuntar a una diana.
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